“Cada lágrima enseña a los mortales
una verdad.”Platón
El soñar enseña a mi alma su genialidad
e inmortalidad. c.h.r
Y en cada una de las lágrimas
me descubro,
he aprendido un camino
que me sabe y adivina
mis atajos,
me muestra mi finitud
para hacerme débil
dentro de un tempo
donde la velocidad
va adscrita a la angustia
de saber mi vacío,
Y grita para decir que en mi ciencia
o saber, no existe magia
más bien puras y duras
experiencias,
con inmaduros tratados
de supervivencias.
Cerco y acerco a la ética
minimalista a mi gnosis
en la austeridad de símbolos
desbrozadoras de líneas,
que me buscan cual escraches
con lenguas y signos
reduccionistas...
La angustia solo sabe
a hiel, y hisopos
de vinagres con sal,
aún recuerdan mi linaje
y la horma que me domesticará
mortaja que me cree
pertenecida a una razón
donde el ser no debe
estar fuera del sudario
en vida.
No yo no "blasfemé contra
un dios de la montaña"
(Kierkegaard)
y quizás sea la segunda parte
de su angustia
-mi angustia-
Que disminuye en cada
unos de mis sueños
mini-mal
mas-yo.
30.6.2014
Carmen Hernández Rey
©®autora extremeña
todos los derechos de autora
pintura de Yuri Annenkov
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