ESCRIBIR PARA SUPERVIVIR…
Para ahuyentar mi soledad despejo,
a cada línea inmaculada del papel,
y descubro las sumas del pensamiento,
aquel oculto e intimo que transmitir
quiere en su infinito saber,
de quien plasma y escribe,
toda deidad que en sí encierra ...
y poseer quiere,
y como el río se precipita al mar,
sus líneas corren a esas otras fuentes
que le porten luz, para ser más crecido.
Leer, saboreando, curiosamente
preguntando la belleza que las palabras
ocultan, soñando con todas esas y desconocidas
emociones que la poesía en mi despierta…
Despertar en este idílico sueño
de los versos, de todo cuanto me fue negado
y fielmente custodiado con cerrojos,
diviso para mi en los afines y afortunados
paraísos de la ciencia,
de las selecta sabiduría, e inhóspitas
a mis ojos.
Las letras, casi ilegibles, que aguardan
al terso y aún sin tachadura mapa
de mi pasión, de todo cuanto
la espontaneidad describe para esquivar
a la soledad, en este retazo de vida
con la palabra y el sorbo de universo
de cada sílaba,
que se entrelazada hacen núcleo,
médula de mi supervivencia.
Sobrevivir, dentro de la hermosura
De los diccionarios, la palabra sin corsé,
Acercarme solo a la esencia de la abierta
Balaustrada que define al espacio
infinito del universo…
e íntimamente penetrar en el espejo
que la defina,
aquella que ahuyenta
al miedo y los gritos.
Aquellos que enlatados superviven
en la rancia atmósfera presa
del olor infecto, que la delata
y de la sibilina naftalina
de los recuerdos que te agreden
y que ni siquiera
osan poner nombre al duelo
y la muerte y las cenizas.
23-02-2009
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
foto de la Web
Para ahuyentar mi soledad despejo,
a cada línea inmaculada del papel,
y descubro las sumas del pensamiento,
aquel oculto e intimo que transmitir
quiere en su infinito saber,
de quien plasma y escribe,
toda deidad que en sí encierra ...
y poseer quiere,
y como el río se precipita al mar,
sus líneas corren a esas otras fuentes
que le porten luz, para ser más crecido.
Leer, saboreando, curiosamente
preguntando la belleza que las palabras
ocultan, soñando con todas esas y desconocidas
emociones que la poesía en mi despierta…
Despertar en este idílico sueño
de los versos, de todo cuanto me fue negado
y fielmente custodiado con cerrojos,
diviso para mi en los afines y afortunados
paraísos de la ciencia,
de las selecta sabiduría, e inhóspitas
a mis ojos.
Las letras, casi ilegibles, que aguardan
al terso y aún sin tachadura mapa
de mi pasión, de todo cuanto
la espontaneidad describe para esquivar
a la soledad, en este retazo de vida
con la palabra y el sorbo de universo
de cada sílaba,
que se entrelazada hacen núcleo,
médula de mi supervivencia.
Sobrevivir, dentro de la hermosura
De los diccionarios, la palabra sin corsé,
Acercarme solo a la esencia de la abierta
Balaustrada que define al espacio
infinito del universo…
e íntimamente penetrar en el espejo
que la defina,
aquella que ahuyenta
al miedo y los gritos.
Aquellos que enlatados superviven
en la rancia atmósfera presa
del olor infecto, que la delata
y de la sibilina naftalina
de los recuerdos que te agreden
y que ni siquiera
osan poner nombre al duelo
y la muerte y las cenizas.
23-02-2009
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
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