VIII.
Cap. ENTRE LA BUENA Y MALA... LA DUEÑA AUSENTE
"Aunque
tus pecados sean de color escarlatas, tú serás tan blanca como la nieve"
Isaias ( Biblia A. Testamento)

Nuevamente
me desperté en la mediocridad de aquel entorno, el infierno seguía rugiendo de
afuera a dentro, y
de dentro
afuera... Los truenos no cesaban ni en el cielo ni en aquel corazón olvidado en
el rincón de aquella maleta. Mi cuerpo necesitaba ser colgado aunque fuese en
una percha. ¡Pensaba! ¿Cuelgo
arriba la
cabeza, o mejor cuelgo las piernas. Me doblo por la cintura o simplemente me
hago un revoltijo sin perchas, dentro de la maleta y antes de meterme en ese
armario con las telarañas de otras cabezas...
¡Da igual! Con
arrugas o sin arrugas, la inseguridad seguirán siendo mi estado del seudoyó, y
las incertidumbres
y titubeos,
las eternas compras sin ticket, la mesa puesta sin hambre, los monopolios de un
autoconocimiento sin represión... de aquellos buenos comportamientos a expensas
de los malos, o viceversa. ¿Qué serian los unos sin los otros?
Mi leitmotiv
hoy sigue estando en que venga ese día que se esconde fuera de mi cabeza...La
luz diáfana huye,
las luces de
los Irak rasgan el cielo y dejan al bosque vacio de luciernagas...
No, no
quiero archivarme dentro de una estúpida contienda, en las catástrofes de
magnates de las política para
perdurar el
miedo de "los Miserables" ( V.H), ni ser la ilusa que busque un
extraño auxiliador en manos opuestas, ni voz sin dueña.
Monopolios
sin víctimas, las dueña ausentes... régimen de usuras... allí... yo y mis
circunstancias, allí yo y mis hallazgos... Aquella voz en los teléfonos rotos
de la memoria para vaciar a mis miedos... pensé, este será ya libres de cargas
y sin precios, o la atmosferas de luz.
Entre la
buena y la mala, esta dueña ausente, se bate en mitad de un nuevo mundo sin
Pinta, Niña, ni Santa María... No tengo, Castillos ni títulos, ni Cristóbal ni
Magallanes, ni siquiera un nuevo mundo que descubrir, sin
quedarme en
esos descubrimientos psicológicos.
No, yo misma
me rechazo y yo misma me repudio en esta, dueña ausente, de esa mi psicología o
neurosis que quiere dirimir conflictos en una noche donde el cielo entro en
conflicto con la tierra... la oscuridad con la claridad, el amor con la
soledad, la duda con la confianza y el miedo con la libertad.
Dentro de un
impulso destructivo sigo siendo ese olvidado mapa de un viaje sin retorno...
ese viaje sin vuelta que un día quise hacer, otras veces, jamás pensé poner en
práctica, y la suma del producto, la ecuación mas imperfecta de un modus
operandis vital, justo para mí, necesario para mi existencia y quiero
y necesito ser la líder propia y no que el pensamiento del burgos sea
quien me lidere.
Pero aún
así, soy el pecado más imperfecto del mundo que me rodea.
12.4.2014
Carmen
Hernández Rey
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extremeña
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derechos de autora
foto del muro de Antonio Gamez
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