IX. Cap. AMOR FRATERNO..."BESO DE JUDAS

Nunca pensé que se necesitase un día para el Amor
Fraterno... Tampoco asimile aquel beso de Judas en rostro ajeno, pero si el
beso propio de quien no se cree... Nunca supe de mí, hasta aquel día que
perdida supe de un inframundo superior a este mundo, de unas pisadas en calles
recorriendo un camino intransitable.
Siempre pensé, que ese llamado amor al prójimo pasaba por
toda la generosidad, y la negación a una misma... Que era un no mirar tu
ombligo ni siquiera en el espejo... que pasaba por dejar de amarme, aunque
fuese un "poquito"... pasar los ojos de puntillas en el espejo era
algo más que una idolatría perversa y egoísta que las buenas personas no
deberían sentir... externa, de ser unas pedigüeñas de amor?
Las que siempre dimos el mil por ciento... ¡Ay! Llego a un
punto donde me cuesta respirar... me duele la boca del estómago y creo que la
vida se escapa por él...
Me cuesta respirar, siento que las negras nubes salieron del
pinar y sus bosques, corretean por los caminos y entran en este
seudo-dormitorio-vomitorio... Y, ¿los arboles? Se desmigajan, sus ramas sueltan
sus hojas, son agujas que intentan coser a mis ojos ¡Oh no dios!
Las ramas dicen dicen estar cansadas de agua, nuevamente soy
la rea, culpable... ¿Quién, quien les
dijo que la lluvia portada en las nubes eran los afluentes de mi alma?
Que soy inocente de ese líquido salino, que ella sin
permisos brotan... que mis ojos se deshilachados están en ese torrente aguas
como cataratas de Niágara.
¿Quién puede darme los besos robados, aquellos que se deshacen
como azúcar en agua... aquellos, los nunca dados, aquellos que se dejaron en un
cajón atados con las cartas de amor...? ¿Quién?
Vacía está la autoestima, baja por las imágenes lerdas, de
dichos y refranes, de viajes con maleta, de cuerpos en puzle, de piernas que
van de un lado a otro, sin ton ni son. De brazos que no abrazan, de manos que
quieren sujetar en mis alma ese agua, de rayos y destellos que ciegan a mis
ojos, que los vacía de lunas nuevas... que pone hiel en mis labios y que
impiden romper a los odres viejos llenos de "vinum acre” en herida...sed
de las siete palabras sin cruz... sin muerte...
Corazón, razón y útero que se pregunta los porqué de
milenios... Tanto y tantas interrogativas sin respuestas, y sin dichas.
Jueves del Amor Fraterno... Jueves de un Beso de Judas, de
Oración en el huerto donde los olivos solo esperan dar su jugo más cierto...
Ojos, bocas, manos, pies, brazos, corazón mercenarios... Ellos nunca de ombligo
arriba nunca una imagen te dieron... Tan solo de ombligo para abajo de
rodillas, saber siempre saben humillarte, piensan en poner y pusieron.
Cierro mis pestañas, pesan... Y mi corazón necesita un hilo
sin aguja... un beso que no sea de Judas... un amor que no sepa a viejo, a
viejo amor...
Necesita la paz que se perdió un día cualquiera de un mes
cualquiera de aquel mil novecientos setenta y siete cuando aquel beso de Cupido
se fajo la túnica de un mal Judas, de una mentira al descubierto... allí
quedaron las treinta dracmas que pagué por ese amor recién descubierto...
Mi cuerpo sin amor... ni sexo... Buscando en la memoria de
su útero.
18.4.2014
Carmen Hernández Rey
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