CIERRO
-es mucha migaja para mi boca-...
Una puerta que nunca debí
abrir...
y abro mis alas a la libertad
que nunca debí cerrar.
-cierro-
Y cuesta cerrar los hilos
de mis pestañas,
poner una fina resina
y sigue costando...
Cerrar la puerta y abrir
las alas.
-cierro-
Removiendo de mis ojos
el limo de incontables miramientos
cierro,
porque, no hay posible
cambios, posibilidad de casualidades
ni de posibles
cambios que no sea
-cerrar-
Y...
No, ¡Ay! dios vuelvo
volveré a cerrar mis alas,
y volveré abrir puertas
ajenas.
29.3.2014
Carmen Hernández Rey
©®autora extremeña
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