SU MIRADA

que se
cerró...
cerrada sin
pestillo,
sombra en
silla
horas vividas
frente
a frente del
cristal,
el mismo que
devolvía
su vida
en miradas,
pasos
ojos, cuerpos
inmunes a su
figura.
Erguida,
recta... su columna,
su cabeza
sus miradas..
desarbolado
el corazón
lucha que
lucha,
en medio de
ese mundo hostil
y arcaico,
mirada lejana
del cosmos
de los
suburbios de sus miedos
que por el
rabillo le transita...
Estáticas
patas de asientos,
ochos sin camino y puertas,
infranqueables percheros,
donde colgar
la ropa
que la cose y
pegan como astillas...
Calor de
vieja chimenea,
fuego sin
llamas,
donde incinera
las miradas de nueva niña.
Miradas que escuchan un cantar,
mirlo que en la mañana
solo él domina,
sin valor vuelve indolente
sus ojos, y mira...
a ese cauce secreto
del un río huraño
creciendo,
que se le aproxima.
Levanta del hastío un dedo,
toca el cristal, y mira...
Ahora es ella quien ve
al mirlo blanco,
sus alas son de mariposas
y canta con voz
y pico de dorada
luna.
5.12.2013
Carmen
Hernández Rey
©® autora extremeña
derechos de
autora
©® foto de Roció Álvarez Cuevas
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