NO ENTIENDO

y súbdito de mí intuición,
que invierte en este momento
dueño del ahora,
fiel a los oráculo y símbolo
de las cima de Horacio
en las
Sabinas.
No, no entiendo, a este corazón
buril en mano, cincelando
a las marmoleas
estancias
de mi alma,
hasta donde conversan sus ojos
de gruyere, con las altas epopeya...
¿Cómo, he de comprenderte,
¡Oh! laurel sí solo eres
una filian flor lila en mi cabeza.
No entiendo a este corazón,
y ruego, núcleo de todo latido
que... Rases y equilibres
con la dorada
mediocridad a la-s nona-s* Musas.
26.11.2013
Carmen Hernández Rey
© todos los derechos de autora
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Foto subida de la Web
*(Nona u hora nona, novena hora después de la salida
del sol, oración del Oficio Divino en la liturgia de las horas canónicas.
noná, diosa madre en griego.
Nona, en la mitología romana, la más joven de las
tres Parcas, hijas de Júpiter, quienes presidían el destino de los hombres.
Nona era la primera de las tres Parcas, pues era ella quien hilaba las hebras
de la vida con su rueca, decidiendo el momento del nacimiento de una persona.
Su equivalente en la mitología griega es Cloto)
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