"LA MUJER TIENE EL DERECHO DE SUBIR AL CADALSO; DEBE TENER TAMBIÉN EL DE SUBIR A LA TRIBUNA" -Olimpia de Gouges-
Los machistas sienten miedo y pavor delante de una mujer libre, y sin miedo...
La muestra la dejo con estos textos de la Ilustración francesa... todo para el pueblo pero sin el pueblo, y aún menos para las mujeres del pueblo...
"La ilustración francesa bajo la batuta de Condorcet 1743-1794 y una vez que triunfa antes " reclamó el reconocimiento del papel social de la mujer. Y comparaba la condición social de las mujeres de su época con la de los esclavos. Una vez que triunfa la revolucion 1798, ¡Olvida! ("Liberté, Egalité, Fraternité"
Olimpia de Gouges pregunta ¡Hombre! ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta
Así comienza su Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, calco de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada por la Asamblea Nacional en agosto de 1789
Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación, piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer (...)"
Olimpia de Gouges denunciaba que la revolución hubiera olvidado a las mujeres en su proyecto igualitario y liberador.
Así afirmaba que la "mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en derechos" y que "la Ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y los Ciudadanos deben contribuir, personalmente o por medio de sus representantes, a su formación".
El programa de Olimpia de Gouges era claro: libertad, igualdad y derechos políticos, especialmente el derecho de voto, para las mujeres.
Sin embargo, el planteamiento feminista no era compartido por los varones que dirigían la revolución, incluso entre los más radicales de ellos.
En 1793 crearon la "Sociedad de las Republicanas Revolucionarias" (...) En su entusiasmo, unas llegaron a vestir la escarapela tricolor sobre su peinado y otras, el gorro frigio e, incluso, el pantalón rojo. Pero la fuerza de sus enemigos fue tal que fracasaron en sus empeños. Uno de ellos, Chaumette, misógino notorio, llegó a decir: ¿Desde cuándo le está permitido a las mujeres abjurar de su sexo y convertirse en hombres?
¿Desde cuándo es decente ver a mujeres abandonar los cuidados devotos de su familia, la cuna de sus hijos, para venir a la plaza pública, a la tribuna de las arengas (...) a realizar deberes que la naturaleza ha impuesto a los hombres solamente?"
Robespierre tima a la Revolución guillotinando a cuantas personas eran libres de pensamientos..."
-cogido de la enciclopedia Wipedia-
Como verás mi gata, ¿desde cuando una hembra puede hablar de tú a tú a quien por hacer el amor, piensa que "joder" es pretender joderte-nos... nos guste o no, queramos o no?
Y por supuesto... lo hagan bien o lo hagan mal...
¿Cuántos hombre no se arrugan delante de una Señora Gata? Esas nuestras cachas bien orondas que se mueven al son de bachata, al son de tango o sevillanas, ¡De jotas extremeñas!
Y es que ellos, los andros señores oficiales, esos, que creen ser los dueños de quien sonríen bajo el topónimo de las revistas, ya sea de "Risa Vertical" o de cincuentas sombras de Grey... sean unas y otras creadas para el gusto de unos, ellos, sí los que luego dicen ser don... "caballeros" ¡Ah! que ni son hombres, buenos amantes, ni tan siquiera caballeros ni montando a un caballo...
De ahí que den pena, estos señores de penes que buscan señoras de suma misas, bien sumadas en la sumisión de unos penes de pena, renuncien a pensar que alguna vez tuvieran vidas sus caderas, y que la risa que las convulsionan ya sea en las horizontales posturas, en las verticales sonrisas aquellas de aquellas vulvas con nombres sin sinónimos que escondan a sus dueñas...
Porque ellas saben de clítoris y puntos con mayúsculas, ellas, las mujeres gatas, que aúllan en el gemir de sus vulvas, de la Gaya Ciencia de los monte in-santo y sacros de los alhelíes rojos amapolas bien amasada en la sensualidad Sánsara de la mujer anacoreta, que canta al son de las brisas de las mujeres poetas...
¡Ay! Pena, pena de hombres que nunca sabrán lo que es amar cuando la gata se encela...
14.11.2013
Carmen Hernández Rey
autora extremeña
"La ilustración francesa bajo la batuta de Condorcet 1743-1794 y una vez que triunfa antes " reclamó el reconocimiento del papel social de la mujer. Y comparaba la condición social de las mujeres de su época con la de los esclavos. Una vez que triunfa la revolucion 1798, ¡Olvida! ("Liberté, Egalité, Fraternité"
Olimpia de Gouges pregunta ¡Hombre! ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta
Así comienza su Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, calco de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada por la Asamblea Nacional en agosto de 1789
Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación, piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer (...)"
Olimpia de Gouges denunciaba que la revolución hubiera olvidado a las mujeres en su proyecto igualitario y liberador.
Así afirmaba que la "mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en derechos" y que "la Ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y los Ciudadanos deben contribuir, personalmente o por medio de sus representantes, a su formación".
El programa de Olimpia de Gouges era claro: libertad, igualdad y derechos políticos, especialmente el derecho de voto, para las mujeres.
Sin embargo, el planteamiento feminista no era compartido por los varones que dirigían la revolución, incluso entre los más radicales de ellos.
En 1793 crearon la "Sociedad de las Republicanas Revolucionarias" (...) En su entusiasmo, unas llegaron a vestir la escarapela tricolor sobre su peinado y otras, el gorro frigio e, incluso, el pantalón rojo. Pero la fuerza de sus enemigos fue tal que fracasaron en sus empeños. Uno de ellos, Chaumette, misógino notorio, llegó a decir: ¿Desde cuándo le está permitido a las mujeres abjurar de su sexo y convertirse en hombres?
¿Desde cuándo es decente ver a mujeres abandonar los cuidados devotos de su familia, la cuna de sus hijos, para venir a la plaza pública, a la tribuna de las arengas (...) a realizar deberes que la naturaleza ha impuesto a los hombres solamente?"
Robespierre tima a la Revolución guillotinando a cuantas personas eran libres de pensamientos..."
-cogido de la enciclopedia Wipedia-
Como verás mi gata, ¿desde cuando una hembra puede hablar de tú a tú a quien por hacer el amor, piensa que "joder" es pretender joderte-nos... nos guste o no, queramos o no?
Y por supuesto... lo hagan bien o lo hagan mal...
¿Cuántos hombre no se arrugan delante de una Señora Gata? Esas nuestras cachas bien orondas que se mueven al son de bachata, al son de tango o sevillanas, ¡De jotas extremeñas!
Y es que ellos, los andros señores oficiales, esos, que creen ser los dueños de quien sonríen bajo el topónimo de las revistas, ya sea de "Risa Vertical" o de cincuentas sombras de Grey... sean unas y otras creadas para el gusto de unos, ellos, sí los que luego dicen ser don... "caballeros" ¡Ah! que ni son hombres, buenos amantes, ni tan siquiera caballeros ni montando a un caballo...
De ahí que den pena, estos señores de penes que buscan señoras de suma misas, bien sumadas en la sumisión de unos penes de pena, renuncien a pensar que alguna vez tuvieran vidas sus caderas, y que la risa que las convulsionan ya sea en las horizontales posturas, en las verticales sonrisas aquellas de aquellas vulvas con nombres sin sinónimos que escondan a sus dueñas...
Porque ellas saben de clítoris y puntos con mayúsculas, ellas, las mujeres gatas, que aúllan en el gemir de sus vulvas, de la Gaya Ciencia de los monte in-santo y sacros de los alhelíes rojos amapolas bien amasada en la sensualidad Sánsara de la mujer anacoreta, que canta al son de las brisas de las mujeres poetas...
¡Ay! Pena, pena de hombres que nunca sabrán lo que es amar cuando la gata se encela...
14.11.2013
Carmen Hernández Rey
autora extremeña
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