DESPUES DE AMAR
de versos de cometas
arrastraderas de luz
que explotan
en nuestros dedos.
Después de amar
hay cosechas de
burbujas
oxigeno líquido y
exprimido
en cada uno de los
besos
que se dan,
y que vuelven a
donarse en la tersura
de cada pliegue,
son dúctil y
maleablemente,
se dejan, conquistados
en las coautoras
compresividad,
de la piel... amante,
toda ella deseada en
ser
nuevamente
conquistada
en la diferencia
sensual
de la ternura y la
devoción
que se nos regala
después
de amar.
Nada hay mejor que
los arrumacos,
arte donado, piar por
el desamparo
de las huellas ajenas
y…
¡Tan tuyas!
Después de amar es...
enajenarte por
completo,
velar tu sueño, que
no se rompa
ese hechizo
transferidos
de las caricias
en los sueños
y la realidad vivida.
Es, recoger el fruto
sin prohibiciones,
sin miedos,
dejarnos llevar a esa
sus márgenes
sin celos y desafíos
abocada
hacia las tuyas
mansamente
anegarnos en los
buceos de abajo
arriba.
Después de amar,
antes y después
sin tregua y sin
desasosiegos…
vaciar la memoria cómplice de miedos,
seguir explorando los
universos
en tus costado,
los campos de tu piel
que me siembra
y desnuda,
de huellas vacías
e inmaduras,
recoger la mies de tu
cosecha espera
todas trigo maduro en
caricias
porque,
después de amar... de
amar
esperan nuevas
caricias
de amor que ludían
maduras
fermentadas,
un poco más,
cada día
despues de amar, amar
cada día es una
aventura.
25.3.2012
Carmen Hernández Rey
©autora extremeña
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