CUANDO VOS VERSA... CRECEN PÁJAROS EN MI NIDO
Esta mañana nace con las primeras albas nebulosa, me hace
pensar como ella amanece un poco así medio nublada, y en la boca ese sabor de
almendras, algo más amarga que concupiscentes... quizás sea el recuerdo de un
film que anoche vi acompañado de una gran amiga, y después de mantener sendas
conversaciones con un gata roja de la bella Argentina, y con una golondrina
dulce de la Mérida Mexicana...
Penurias de almas nos contó esta película de un tiempo del
principio del 1900, y la lucha por la libertad de creencias en México...
Tan sólo se trata de Almendras concupiscentes.
Pero... solo basta abrir face y desaparecen nieblas de mi
ojos, y mañana, y me doy de frente con unas lujuriosas almendras... ¿Pidiendo
permiso, mi gata?
¡Ah! Qué tiempo donde hubo doctrina hasta para comprarte
sujeta tetas...rodillo que molía el pensamientos antes de necesitar estos
artilugios para las almendras dulces...
Almendras concupiscentes piden permiso de boca y de
costillas
Te prometo que no habrá paz para los malvados ni masones ni
aquellos de estandartes de cruz,
porque las revueltas nacieron en mis costado un 16 de julio
de un siglo pasado, de una aquella pelvis primeriza, me espermatozoide anegó a
un óvulo anarquistas ambos bailaron un tango
en el umbral arrabalero del burdel sagrado.
¡Pobres infectos, paupérrimos de sentimientos en los mares
donde los glaciares se hacen caldo
de puchero, en la lumbre y el carbón donde el humo espanta
hasta el aguijón más plañidero.
No más cantaremos canciones al sol de sus inviernos
cadavéricos, no más...
Mi Gata ni la música de los años sesenta serán las
advenedizas recorriendo los parque del elíseo...
deja que muera la muerte por las Violetas en parras, deja
que las Virginias nos cuente en sus ríos como fue que descubrió el cielo de un
libre monedero en una habitación propia sin dueños.
Vendrás las guerreras del voto americano, nos parirán hoy
sin nieblas las sufragistas inglesas y españolas, recorrerán nuestras plazas en
octubre todas las Madres de Mayo
Un verso nacido en el útero de la vida, romperá las
cicatrices que nos dejaron a los pies la muerte, dejaremos el puñal cercano a
la bañera, pondremos la cicuta filosofal cual digna compañera... No sea que la
muerte venga sin vulva y con nuez en la garganta tramposa y lúgubre sin rosas
ni canción para Elisa.
No nunca más cantaremos al sol, en los umbrales de ningún
infierno... porque aquel espermatozoide arrabalero sigue montado a la grupa de
mi útero y mis óvulos sigue
vivos en mi huerto de almendras sin sujeta tetas...
¡Ves Miki...! Cuando vos versa... crecen pájaros en mi nido
13.10.2013
Carmen Hernández Rey
©autora extremeña
Todos los derechos de autora
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