
Sosegar a
las palabras en la calma
que no las
habitan,
disuadirlas
y acertar en los torbellinos
de la
plática,
aquella que
no cabe
en mi
cabeza,
y es que la
sin razón deja
fuera de
su contorno
a este
corazón mío,
él queda desbordado
y fuera de
juego,
en la inmensas
profundidades
de los
abismos,
es allí,
donde la sabiduría
dejó la luz
para
hacerse algo más
que pura
tinieblas.
que me
aborda,
me arrodillo
desde las cavernas
donde mi
pulso habita
y redobla,
haciendose
pura llantera,
tañiendo va
a ese lugar
de mi historia
donde
se hace
proxeneta,
rufian de
las mafia parlamentarias…
¡Reminiscencia
de los años
donde
durmieron mi poesía
a la poeta!
intentando
apaciguar-me
entre tantas
glotis de letras,
¡ellas! que
me dicen todo,
Amapolas y
margaritas del campo,
donde crece
la madre selva,
espacios de
los verdiales en volandas
del viento,
del trigo apacentado
en la buena
tierra.
se vistieron
de palomas Tisana
en
mi duermevela
Para hacer descansar
la voz
ajena,
¡Duerme,
duerme niña!
que la
mujer canta en el lienzo
y el trigo es
aún verde,
mañana será pan en tu siega.
12.9.2013 (27.9.2012)
Carmen
Hernández Rey
© autora
extremeña
Copyright derechos
reservados de autora
Foto de © Valeria Belova
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