TARDÉ
siete montañas,
sietes
campos, siete mares
sietes playas...
Siete cielos y siete
mil
Millones de infiernos
en encontrarte...
en aquellas
esperanzas negras,
en los sueños y
deseos,
del todo y nada,
en los libros que
narran
de dentro hacia las
tapas,
los sietes escritos
sagrados,
en los encuadernados
cuentos
infantiles tardé,
casi la vida misma en
hallarte.
encontrándome
ausente y dejé
de buscarte, de
amarte,
sentir-te en los
ocupados
cielos de nadie,
en los nombres
sellados
con firmas sobre las
nubes
que esconden los
escaparate...
tu nombre pero aquel
sabor implícito en
en mi ADN.
te allegaste
sobre el sol
en mi tarde,
cuando doblé las
esquinas de los manteles
sin pan ni aceite...
escondido en aquel
lienzo
donde las piedras
nacián
bajo mi cuerpo,
exclamándote,
sábanas de ocres,
olor a su dolor y
sangre.
y mi corazón en latir
en el paladar sin
prisas
deleitándose, de ti
amor deleitándose.
y a quedarse,
sobre una tabla rasa
de los don… nadie,
agazapada yo,
agazapada
mi alma,
en las bajuras de
puertos
chismorreos
alcahuetas.
y menos vale?
¿A quien le importa
amor,
que yo te ame, si fue
pronto
o llegaste tan
tarde...?
¡Ven!
Romperé los
maleficios de los siete
males, te susurraré
lenta a tu oído
de la vida lo
importante.
mis manos.
mis ojos.
mi piel
mi boca
mi nombre
mis labios
mi pelo
mi cuerpo
mi carne
mi alma
el deseo que desearte
en cada instante.
Toda yo tuya, en tus
labios,
Todas tú entre mis
manos,
cuerpo a cuerpo
rotos deseándose,
sabiéndonos en estos
sabores
a tierra y mares,
amor abrasado, tu
piel y mi piel
fundidas, almas y
carnes,
lo importante!
¡Cuánto tardé amor!
¿Por qué no viniste
en la mañanas y antes
de mis tardes a
buscarme?
Tú, que temprano levantas
y haces fuego para la
lluvia
del ocaso
tanto tardaste amor,
en hacerte lluvia
para calmar el fragor
de las
sietes llaves
8.7.2012
Carmen Hernández Rey
©autora extremeña
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reservados
Foto subida de
Google.
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