NO TE DIJE II (a la mar)
mi toalla.
Me volví hacia ti para calarme
íntegra de ti,
dejarte invicta en las olas
¡Ah! Toda quedada y absorbida
por mi piel,
es por eso que no te dijese
a dios.
¿Acaso podría, llorar dentro de tu sal
a mi sal,
en tus adentros a mis adentros
romperse,
en tu lecho sereno, dejar a mis
temporales insurrectos?
partir sin la acuosa multitud
de tu agua llamando en mis pies,
intentar secar a mi faz
del brillo lejano sin horizonte,
viento infiel que me conquista
y pertrecha cada día más a tu cintura
eres, como esa conquista primera
o ese miedo pueril e inútil
en la primera entrega
de amor.
Doblé mi toalla, con los mismos
deseos alarmados de tenerte
piel y agua,
sal y arena,
sangre que te recorre
y va a mil por horas.
No te dije a dios, simplemente
dancé dejándome **Amurada
y *colifa
en ese último tango…
escudriñada por el sonido
de un bandoneón, mientras…
la luna casi incipiente
lloraba, su última plegaria
melaza salineras corrían
en pos de mis pestañas
sin derecho a retenerte.
31.7.2013
Carmen Hernández Rey
©autora extremeña
Todos los derechos de autora
©Foto personal
lingüísticas a las que acude el lunfardo:
-* apócope de colifato que significa loco
-** enamorada están prisioneros de "su" pasión
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