MUERDES
Tus dientes se afianzas sobre
él, sobre el muslo desnudo
sobre las muñecas que te entrelazan
y sobre la pelvis que te atrapa.
Muerdes el anzuelo del corazón
guerrero que sin escudo entra
en la guerra sin murallas,
desnudo en ese cuerpo a cuerpo,
corazón con corazón…
ambos se dejan en la pelea
más fuerte, más tierna
más dulce, y más cruel sí se sienten
separados.
Muerdes la luz que te tapa,
la que me esconde,
queriendo ser estrellas de este
mi celo y tu celo
codiciando imitar su luz, muerdes
mis anzuelos, ellos que son
gacelas de Venus,
muerdes el campo soñador
de todos los deseos,
muerdes, ahí, a todos los tiempos,
remoto y pendientes, porque…
te sabes, me sabes, y
sabes que serán
tuyos y míos
muerdes la mordida de la rosa de todos
mis anzuelos,
muerdes.
31.8.2013
Carmen Hernández Rey
©autora extremeña
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Life's a Climb, but the View is Great s
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