APORIAS
I
¡He vuelto a cambiar
de zapatos! ¿…?
Hoy me coloco un par de zapatos
negros, - miro con
cuidado-
Sí es el número 38
al pelo
no me harán daño eso
¡espero!
Ando 30 metros el
tacón
se quedó enganchado
¡un agujero!
¿Sigo caminando?
Aporía ¡Ah! Cómo
cuesta con…
los años calzar un tacón alto,
esquivar los agujero
ver de cerca a los
molestos
charcos
¿Me habré equivocado
de color,
tacón o simplemente
escojo el zapato
inadecuado?
y cientos de agujero
cientos de charcos
aguachinados mis
zapatos
¡Aporía!
Miro por la ventana
El día parece que ni
pintado
sin nubes
¿Me habré equivocado!
¡Uf!
Tanta agua y semanas
cayendo el cielo
invernando
en ese helado manto
nubes, sobre el
cemento
agrisado y mal
cuidado,
las aporías de un
señor
acaudalado se los
llevó
para el cajón de sus
bien acomodados
asfaltos…
II
Y mientras,
mi calle sigue
desbordada
agujereada de putos
charcos…
¡Aporías, Aporías
infinitas aporías!
¿Pienso…?
¡Quizás! hoy necesite otro
par de zapatos:
Azul
Rojo
Verde
Amarillo
Violeta
¡Listo sé! Serán
alpargatas
de roja pasión,
y suelas de esparto.
Mientras en mi lecho
casi des soslayo
Reflexiono
¿No sería mejor el
rojo
En mis manos?
Poner en mis pisadas
un rojo apasionado,
y no sean pasos
equivocados, o
quizás..
debo pasar al extremo
aparcar y ver si
siguen
mis pies de
putrefacta agua
casi enguachinados,
vacios o llenos
de esos charcos
en tanto camino
con la mente…
siguen mis pasos muy
mal trillados
III
¡Ay! Aporías miles de
aporías
se cuecen sobre mi
costado
mientras elijo el
calzado,
viendo pasar el
viento del averno
filtrándose entre mis
sábanas
haciéndome dar un
salto.
IV
Esto no da calor, me
levanto
ya no calientan
¡sábanas heladas, que
espanto!
parecen que se
enfriaron de pensar
tanto,
malos augurios son
reconocerte
en tantas aporías.
¡Vuelvo a mis
zapatos!
el color da igual,
importan
los agujeros y que no
sea
cualquier asfalto
o cambiar de zapatos
¡Qué más da!
Piel o seda
Tela o paño
Tacón o planos
las aporías seguirán…
siendo abono en mi agro
siempre muy
indiferenciado.
V
¿No soy yo misma eso?
Una, dos, tres,
cien infinitas
aporías
desarrollándome
en los estribos
y mis flacos, no es
mi vida
mi cultura e
incultura,
la in ciencia que me
rodea
Es ese queso de
gruyer,
El tic, tac mi reloj,
el reloj del mundo
falaz…
en una angustia de aporías?
en esta mi pasota
vida?
VI
¡Quizás…!
De la vida sea no aprenda nunca,
o sepa nada
tan solo esa
purulenta queja
del el loco hueco
de sus aporías,
mientras me dejo
inmensa crecer
en la bola de nieve
de mi viejas aporías
VII
¡Creo que nunca!
nunca debí
cambiar de zapatos,
debí
descalzarme
viajar con los callos
pero sin aporías.
¡O, quizás sea al
revés…!
Debí romper los subterráneos
de asfalto para que
no se hicieran
aporías.
No sé, me canso de
pensar,
son…¡Tantas
disyuntivas,
salto de la cama!
se adueñaron de las
mullidas plumas
esta aporías,
y las siento entre
mis costado
creo que crecieron
hoy
en la inmoral
justicia de todas
sus cavernas aporías,
y mi subconsciente
puso
en tantas patrañas
alternativas
subversivas,
supervivientes rangos
fuera y dentro de mi
vida,
y aunque, me daña
y mata las sin
razones,
sigo buscando del
mundo
las negras aporías.
VIII
Razón que miente
Los don nadie de las
filos,
De tanta moral, y
tanta
Filosofías,
verdad y camino
atragantadas
en las arterias in
divinas,
corazón calza,
los callos de las
viejas
alpargatas
por donde caen todas
los engendros de
aporías.
¡Ah! Lilas, que bien…
Miro mi armario y allí los hay
a pares e impares,
con punta
y romos,
números pequeños
y grandes…
infinidad colores…
Por hoy la caja de
pandora
bien vale un premio
y aparco a tantas
aporías,
¡No! Mejor las abro
evacuo a los
conflictos que no llevan
a ninguna parte
donde quieren meterme
los embuste de tanta
política y aporías
de las viejas
filos-sofias
18-12-2011
Carmen Hernández Rey
©autora extremeña
Todos los derechos de
autora
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