JULIETA

deja volar su pluma,
la arma de piel y
huesos…
primero engarza un ala,
segundo sopla sobre
ella,
imitando al viento
llorando Julieta, la
hecha
a volar, llorando
intenta
que la soledad no
quede
bajo la piedra
como lápida escrita,
como ríos sin mares
como augurios sin
fanales,
igual que los
imaginarios
repertorios de voces
públicas,
cantando sus
desdichas.
su canción,
mientras, busca la
otra pluma…
proveedora de piel,
inquilina diferente,
para el hueso duro.
canta al corazón,
le habla de aquellas
alas
anodinas y sin vida,
de alas rotas,
de humo sin llegar
a ser fantasía.
la aborda,
es ese mundo, para
Julieta
dedicado ya desde antes
de nacer, en la
piedra,
para que ella duerma
a sabiendas
cual puede ser hoy
como ayer
esa su triste agonía.
20.12.2012
Carmen Hernández Rey
© autora extremeña
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