PASÓ
sobre tu rostro.
Se detuvo a mirarnos, dejándose...
reflejado brilló
esplendoroso
entre tu mirada y mi
cosquilleo él.
Pasó, calle abajo bordeando las casas,
declinando entrar por la cerradura
de sus puertas,
mientras un rayo de soslayo se disfrazaba
soñaba en quedarse en la media
pared.
Mis ojo te desvestía...
Tu risa carcajeaba,
deleitándose-nos en ese rayo
promiscuo del fugitivo sol
de la tarde.
Pasó el sol dejándo-nos
una luz vespertina
entre el fuego cruzado...
28.4.2013
Carmen Hernández Rey
autora extremeña
©Todos los derechos sobre el texto
y foto en Cabezuela del Valle Cáceres
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