LA MUJER DE SAL

Ata y desata la vida secreta
de las voces,
desde el limo del Jordán
encadenada en los efluvios
de cada uno de sus afluentes
baja para flotar como sedimento,
porque ella es la mujer de sal
la mujer de Lot
¡La sin nombre!
Atando y desatando a los
depósitos del “Lago Asfaltites”
ella repara el daño sacrifico,
es:
La débil
El justo chivo expiatorio,
La sal del mar muerto.
Ella
anuda y desata a los oligoelementos
Ella
anuda y desata a los oligoelementos
de esta caverna es -la Masada-
improcedente e insolente,
¡Torre de salitre!
En las llanuras sin montañas
que la difumine como escarmiento.
Ata y desata de la historia
de los mil nombres,
sin que la nombren, ella es:
Mar Muerto
Mar salado,
Mara del Arabá
Mar de la Llanura,
Mar oriental
Lago Lot
La mujer sin nombre ahí…
queda estatuaria de la sal
como salario de una mirada
y de un cuerpo
en requiebro que grita
por la injusticia
¡Mirar atrás y preguntar,
no es de recibo, no…!
¿Por qué?
¿Qué mal hicieron?
Que hicieron con las fuentes
del agua, el canto matutino
y en la caída de la tarde,
de las ida y venida de aquella
niñas junto al pozo del poblado?
¿Dónde el amor, y el perdón,
ese amor y dios bondad?
¿Y, la inocencia?
Llorando quedó
en la distancia lenguas
de fuego,
Ato y desato a Sodoma
único pecado, la inhospitalidad
la venganza, y el desamparo
al dolor ajeno…
Mientras la sal se desata
y la ata,
ella es la Masada
de su pueblo
27.01.2013
Carmen Hernández Rey
© Carmen Hernández Rey
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Foto subida de Google
*Masada el último foco de resistencia judía en la guerra
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