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EN LA CRESTA DE... poesía de amor

  EN LA CRESTA   De un beso, te deposito los recuerdos de aquel primer beso, el día primero donde mis labios   se cruzó con los tuyos, dejados en la comisura de la gran sorpresa, corazón inquieto fue mi embeleso.     En la cresta de un beso acaeció el roció dicharachero aquella tu humedad innata el pantanal anónimo sin dueño.   Inigualable beso dejado de improviso en otro incipiente beso, beso insospechado, ese tuyo y mío, pero en la cresta ambos fueron besos.   Sin margen   ni archipiélagos, entre las dos bocas ambas fluían a solas en una isla   un solo comisionado, cuatro labios dos bocas,   un solo   beso, todos juntos, unidos en un sinfín de entrevistas, en fronda confabulaciones in posesiones, ¡Ah! Aquietas fábulas en talantes y topónimos en una sola lengua unidas en el mil lenguajes de dos bocas y un solo beso.   Beso emergido buceadores y  afluentes s

SE ESCAPÓ... amor

SE ESCAPÓ   Aquel aire por mi nariz   por mis pulmones   por mis ojos   por mi piel,   se escapó todo   el aire.   Y quedó atrapado en tu nariz,   tus pulmones   tus ojos   tu piel   se quedó todo ese mi aire en aquellos tus adentros y… Yo, huérfana de mi aire   Busque, del oxígeno las sietes llaves, el acceso de todas las grutas   de tus aposentos, de los sentires sin letras los quejidos gozoso   sin nombres, el   manjar donde nos desenvolvemos   ¡Ah, aquellos…! Desprovista de todo aterrice sobre tus alma y revolví   los amaneceres,   desparrame de él en ti sus términos   olí de los olores a todos los encuentros,   de tu   alborada y despertando a cada uno de nuestros   sentimientos, me encontré… hallada descalza, deshabitada y hambrienta de aquellos tus y mis locos deseos. Así,   sin aire: en mis pulmones   en mis ojos,   en mis manos   en mi boca

INVITE AL VERDE... poesía intimista

INVITÉ AL VERDE   Para apaciguar al mercurio   de mis pupilas   para que la rada no se hiciese   complot sobre mis   retina.     Y me pinté de verde musgo   las niñas de negro azabache   las pai pai   y las arqueadas rúbricas.   Reposada se quedó mi sien   sobre las milenarias   y húmedas briófitas   mientras el verde pasó   de la mera invitación   al culto sobre   mis prismas. Verde  como quien i nvita a café:   a un amigo,   a la vecina,   a la prima… Sin saber que sobre el sideral   dístico se quedó   el verde dentro de los   los armarios de mis   pupilas, en  las neófitas   y nuevas miradas   de una mujer, aún niña.   15.6.2012 Carmen Hernández Rey © autora extremeña Todos los derechos de autora https://www.facebook.com/photo.php?fbid=4002326066810&set=a.2381288541885.2136625.1540835521&type=1&theater&notif_t=like

CAMINO DE LECHE “VIA FLAVIA” poesía libertaria-mujer

CAMINO DE LECHE “VIA FLAVIA”   ¡Ay! Niña con nombre   de dinastía, emperadores   y opulencias,   dinásticas romana   de vetustas castas.   ¡Cuna romana de emperadores,   lirios y Falvia! ¿Por qué borrasteis, cerrando de vuestros imperios a las estrellas de los ojos   de Flavia?     ¿Por qué, por qué no dejar   una sola encendida   para la niña asustada,   miedo del mundo tristeza en alma, ella que nunca obtuvo liras del laurel coronada, solo algunas obtuvieron en sus manos hojas de palmas, escritos de sirenas entre la austral marea.   ¡Ay! Orgullos poderosos   de nombres, cuna y países   que dejáis sobre el pueblo la   pobreza y miserias, imponéis el miedo sobre las cabezas de las niñas para que aprendan a ser madres sin libros y cantos las jácaras de las alegres “Rueda, rueda…” ¡Dónde, dónde vuestros   Éxitos!   dónde aquellos escudos   sin libros donde os parapetáis

SIMBIOSIS... poesía intimista

SIMBIOSIS Hubo un momento donde la gravedad de las letras se volcaban, eran benévolas y asiduas por sí solas, profetizaban en un despliegue de estrellas, sin santo Lorenzo. Innovaban a las plétoras lágrimas de los cien ojos de mis noches, y formábamos la total simbiosis.. Eran, las celestiales estrellas sobre el papel y ¡Me sabían! Reconocían mi grito silencioso, el llanto atropellado, interior e inhóspito, el acerado grito, el desdén en algunos cantos, hasta llegar a escandalizar-me. Fuimos ellas a solas conmigo, yo a solas con ellas, éramos una sola persona ventrílocuas, que hablaban asociadas a una sola correspondencia. La simbiosis perfecta de una vida a retazo, en una realidad casi perenne hasta, que las Perseidas dijeron ¡Te estás pasando! 11.8.2013 Carmen Hernández Rey ©autora extremeña Foto subida del muro de Elementi Pictures   https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10201622494674440&set=a

TARDE...

TARDÉ   Siete día, siete noches   siete montañas, sietes   campos, siete mares   sietes playas...   Siete cielos y siete mil   Millones de infiernos en encontrarte...   Tardé, los infinitos de todos los espacios   en aquellas esperanzas negras,   en los sueños y deseos,   del todo y nada,   en los libros que narran   de dentro hacia las tapas,   los sietes escritos sagrados,   en los encuadernados cuentos   infantiles tardé,   casi la vida misma en hallarte.   encontrándome   Y por tardar, te digo que estuve   ausente y dejé   de buscarte, de amarte,   sentir-te en los ocupados   cielos de nadie,   en los nombres sellados   con firmas sobre las nubes   que esconden los escaparate...   Tarde amor, tardé en saber   tu nombre pero aquel   sabor implícito en   en mi ADN. te allegaste sobre el sol   en mi tarde,   cuando doblé las esquinas de los manteles   sin pan ni aceite...   escond

NUESTROS ABUELOS SON

NUESTROS ABUELOS SON El recuerdo de nuestra historia más cercana, el espejo de lo que un día también nosotros seremos.   Ellos nos hablan de tiempos Difíciles, de la niñez pasada Y de años arañando a la tierra con sus manos, años de hambre, del frio en el campo y las raídas chaquetas de pana marrón, o negra para las fiestas Calles de algarabías, casas sin llaves y vecinos que se saludaban. Nuestros abuelos hablan de la Nacencia, de camas con abolengo y casta, generaciones con arraigo de amor entre sus lanas, De aquellos hogares que olían a campo a trigo y esencia de lavanda Cocina de pucheros, lumbre de carbón y   con alma de aquellos días de fiesta cuando del cerdo se sacrificaba en la festiva “la matanza” Ellos son nuestros abuelos, y tienen su piel arrugada, pelo canoso memorias a veces con faltas, pero nunca olvidarán,   el amor que nos tuvieron, aunque en la boca

TE ENGENDRO HIJA… Mujer

TE ENGENDRO HIJA… Mujer A sabiendas sé que debo parirte que no hay olvido en mi sien, ni, tregua en mi memoria, que en la tuya seré eslabón de tu propia cadena. Y te pariré, arañando mis carnes mordiéndome las palabras sobre los dedos de mis manos, para que veas la luz a golpe de dolor en este útero lleno de amor hecho simientes… Retorcido mi vientre en esos, espasmos locos, ardientes, que abrasan y muerden desperdigados como ráfagas, para hacerte presente y ser que me nace.   Te paro para no hacerte víctima del pueblo y sus las plazas, de mentideros, lugar sin corazón, voz de viejo herrero de balas y metrallas embusteras, Te engendro hija, sin lapidarios de bajas sospechas, calumnia a la carta, vino de negativos adjetivos autócratas gobiernos. Hoy como ayer, asesinos de profetas y poetas, de la sal de la tierra,   ciudades misóginas encubridoras de voces de punta de espadas y met